Estatales

“Me gusta la libertad, mi equipaje es ligero, en un petate puedo soñar, soy vegetariano”: Moy Montes

Si por pensar diferente tengo que sufrir, lo asumo. ¿Quién ha dicho que la vida es fácil? Solo los burócratas podrían creerlo

Mi solidaridad con los trabajadores de ICATECH. Ni en los peores momentos de otros gobiernos habían sido tan humillados como lo que están viviendo ahora. Es lamentable que en la entrada de la institución sean tratados como animales, vigilados para evitar que ingresen a su centro de trabajo.

Nunca me callaré ante los psicópatas que tratan con desprecio a los trabajadores de las instituciones públicas. Sé que pensar diferente tiene consecuencias y costos, y asumo mi responsabilidad. He vivido 47 años y aquí estoy, en la medianía de mis posibilidades, sin arrastrarme ante ningún gobierno ni funcionario público. No tengo riquezas materiales, no tengo propiedades, ni vivo en lugares privilegiados.

Soy un hombre con el ego alto, pero también con un alto valor moral para expresar lo que siento. Quizás muchos materialistas dirán que he desperdiciado mi suerte, pero nunca lo he hecho, porque siempre he dicho lo que pienso.

Ser diferente, ser un loco, nunca ha sido fácil para mí. He enfrentado el escarnio público y las embestidas de aquellos que se marean con un poco de poder. Lo que disfruto de la vida es ver cómo esos individuos salen del gobierno y se quedan sin amigos, pero con muchos enemigos.

Me ha tocado observar cómo algunos funcionarios de la actualidad se han arrastrado ante el gobernador de la «Nueva ERA». Han perdido su dignidad y sus valores morales con tal de ocupar un cargo y humillar a sus subalternos. Se sienten gigantes, pisoteando a los humildes. Muchos se han deshumanizado al convertirse en funcionarios públicos, dejando de ser quienes eran para sumergirse en la burbuja de la burocracia.

Se sienten importantes solo porque tienen a alguien que les sirva un café o los llame «jefe». Están al mando de una manada de hipócritas que cambian de patrón y dueño en cada sexenio, según sus intereses.

En la vida, he evitado ser materialista por mi forma de pensar y ser. Si fuera un profesional en la hipocresía, quizás lo tendría todo, pero sería un hombre miserable, indigno y sin valores, escondido detrás de una puerta, callando las injusticias que veo. Nunca lo he hecho, y menos ahora. Si en la vida me toca comer camote, lo haré con dignidad, porque estoy acostumbrado a ello.

Es bonito dormirse en paz. Muchos llevan alimento a su familia de manera indigna, callando y aceptando dádivas. Para mí, eso es una bajeza.

Tengo muchas historias que he visto y que siempre voy a contar. En Chiapas, solo guardo respeto, lealtad y admiración por el Dr. Eduardo Ramírez, un hombre que admiro profundamente. Es un ejemplo de la cultura del esfuerzo, un ser humano fuera de serie que nunca pierde el piso. Su humanismo y coherencia entre su discurso y sus acciones me inspiran cada día. Lo conozco y siempre seré su leal admirador, no por interés en puestos o favores, sino por convicción.

Me siento orgulloso de vivir en esta «Nueva ERA». Chiapas vive en paz, y puedo caminar con tranquilidad donde quiera. Pero estoy seguro de que en estos 100 días deben correr a muchos de esos burócratas que pensaron que esta era sería la del saqueo y el nepotismo. Se equivocaron al creer que este sería un paraíso de privilegios para sus amigos.

Siempre he dicho que, por mi forma de ser y pensar, podría terminar vendiendo dulces o tamales. Lo haría con gusto, porque desde niño aprendí a ganarme la vida de manera honesta, sin agacharme ante nadie y sin permitir que alguien, por tener bienes materiales o poder político, me humille.

De hoy en adelante, voy a decir lo que siento y lo que vea. Si eso tiene consecuencias, las asumiré. Solo pido que me dejen ser libre, pensar libremente, y que no afecten mi libertad ni la de los míos, porque esto no es con ellos, es conmigo.

Estoy disfrutando plenamente esta «Nueva ERA», pero muchos han vivido equivocados, creyendo que el poder es para enriquecerse. El poder es para servir y encontrar satisfacción en el servicio a los demás. Para mí, servir a mis semejantes, especialmente a los que menos tienen, es lo más importante.

Muchos materialistas me dirán que he desperdiciado mi suerte, que podría tenerlo todo a cambio de vivir cómodamente, facturando como Shakira, pero viviría indignamente. Siempre he llevado una vida ligera, viviendo con dignidad y siendo el orgullo de mi familia y de quienes comparten mis pensamientos.

Me siento un hombre afortunado. Por mi forma de ser, he vivido los embates de muchos enanos que, en tierra de hormigas, se creen reyes.

Soy un hombre real, no vivo en una burbuja de hipocresía. Siento dolores, me estreso, me da hambre, me da sed, me enfermo, pido fiado y tengo deudas. Pero aquí estoy, con la cabeza en alto y los pies sobre la tierra.

Compartir
Botón volver arriba