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México y EU llegan a un acuerdo para solucionar costumbre mexicana de retrasarse en pagos de agua

El acuerdo, anunciado el sábado, le proporciona a México herramientas y flexibilidad para entregar agua al inicio de un ciclo quinquenal bajo el tratado de agua de 1944 entre Estados Unidos y México, según la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA)

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — México y Estados Unidos anunciaron que han llegado a un acuerdo que esperan pueda solucionar la costumbre de México de retrasarse en los pagos de compartición de agua en la cuenca del río Bravo (o Grande).

El acuerdo, anunciado el sábado, le proporciona a México herramientas y flexibilidad para entregar agua al inicio de un ciclo quinquenal bajo el tratado de agua de 1944 entre Estados Unidos y México, según la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). El Acta No. 331 se firmó el 7 de noviembre de 2024 en Ciudad Juárez, México, y fue aprobada por los dos gobiernos.

Las herramientas propuestas incluyen una mejor coordinación en la conservación del agua, reutilización, fuentes alternativas de agua y otras medidas.

El tratado funciona en ciclos quinquenales y le permite a México tener una deuda de agua en los primeros cuatro años, si puede compensarla en el quinto. Esto ha llevado a México a atrasarse en los pagos, esperando que un huracán u otras lluvias intensas aporten agua en la zona fronteriza.

Esto ha frustrado a los agricultores de Texas, quienes necesitan un suministro de agua confiable. Cuando un huracán o tormenta tropical golpea la región, México puede ponerse al día, pero en ese momento, el agua ya no es necesaria, y eso no siempre sucede. México ha recurrido durante mucho tiempo a la estrategia de esperar, pero esto ha generado problemas en el pasado, tanto a nivel local como en Estados Unidos.

México está obligado a entregar 430 millones de metros cúbicos (350.000 acres-pie) de agua por año, o aproximadamente 2.150 millones de metros cúbicos acres-pie (1,75 millones de acres-pie) en 5 años. Un metro cúbico (acre-pie) de agua es suficiente para inundar un campo con un pie de agua. Estados Unidos, a cambio, le da a México aún más agua de otras fuentes de agua ubicadas más al oeste.

Pero en el ciclo actual que comenzó en 2020, México ha entregado hasta ahora solo alrededor de 525 millones de metros cúbicos (425.000 acres-pie) en total, solo alrededor de una cuarta parte de lo que debe para el período quinquenal que termina en octubre de 2025.

México tiene que liberar agua de las represas en los afluentes que alimentan el río Bravo, pero eso genera oposición por pare de los agricultores mexicanos, quienes la quieren para ellos y se refieren a ella como “nuestra agua”. El tratado otorga a Estados Unidos derechos sobre un tercio del flujo de seis afluentes mexicanos.

En 2020, una disputa sobre los pagos de agua a Estados Unidos se intensificó hasta llegar a la violencia, ya que los agricultores enojados rechazaban a los soldados de la Guardia Nacional que custodiaban una represa porque México se había atrasado en los pagos de ese ciclo y tenía que entregar agua rápidamente a Estados Unidos.

México envió soldados de la Guardia Nacional para proteger la represa La Boquilla en 2020, pero cientos de agricultores los empujaron y los obligaron a retroceder cientos de metros en un intento fallido de tomar control de la sala de control de la represa.

Antes de eso, los agricultores tomaron otra represa cerca del pueblo fronterizo de Ojinaga. Ambas represas están ubicadas cerca de la frontera de Texas, al oeste del área de Big Bend.

Durante el conflicto de 2020, los agricultores mexicanos también quemaron vehículos y bloquearon líneas ferroviarias. Al final, Estados Unidos permitió a México transferir derechos sobre el agua almacenada en embalses internacionales conjuntos, en una solución que salvó la situación.

Destacan ventajas 

La comisionada de la CILA de Estados Unidos, Maria Elena Giner, consideró que con la firma de esta Acta, “México cuenta con herramientas para realizar entregas de agua más regulares que pueden aplicarse de inmediato. Nuestro trabajo continuará aportando previsibilidad y confiabilidad a las entregas de agua”. De paso, Agradeció usuarios agrícolas y municipales del Valle por las “innumerables consultas y su apoyo a los cambios necesarios”.

En tanto, el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols, comentó: “El gobierno de Estados Unidos acoge con agrado la Acta, un paso clave para facilitar entregas de agua más regulares a México. El trabajo no ha terminado: Estados Unidos continúa consultando con México sobre las mejores maneras de utilizar las herramientas creadas en este acuerdo y entregar el agua que tanto se necesita lo antes posible”.

Por su parte, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, resaltó que “además de ser los socios comerciales número uno del mundo y compartir lazos culturales y familiares duraderos, Estados Unidos y México comparten importantes recursos naturales en la cuenca del Río Grande (Río Bravo)”.

Añadió que este acuerdo es el resultado de “la cooperación histórica entre nuestros países para resolver nuestros desafíos compartidos. El acuerdo describe nuestro compromiso conjunto de gestionar de manera responsable y sostenible estos importantes recursos hídricos de una manera que satisfaga mejor las necesidades de los usuarios agrícolas, las comunidades y el medio ambiente natural en ambos lados de nuestra frontera compartida”.

Por último, Karen Chapman, coordinadora de la Asociación de Empresas Conjuntas del Río Grande, destacó que la “el Acta 331 ofrece vías para que los socios científicos y de la sociedad civil en materia de conservación colaboren con el sector público en proyectos que ayudarán a garantizar la sostenibilidad a largo plazo del Río Grande, y aplaudimos a la Comisión Internacional de Límites y Aguas por dar este importante paso adelante”.

La CILA destacó que, en virtud del tratado de aguas entre Estados Unidos y México de 1944, México entrega agua a Estados Unidos en el Río Grande en ciclos de cinco años, por un promedio anual mínimo de 350.000 acres-pies, excepto en caso de sequía extraordinaria o accidente grave en su infraestructura hídrica. 

Durante el ciclo actual, que comenzó el 25 de octubre de 2020, “México ha entregado un total de 425.405 acres-pies. La obligación de México en virtud del tratado es entregar 1,75 millones de acres-pies antes del 24 de octubre de 2025, en ausencia de una sequía extraordinaria o un accidente grave de infraestructura”.

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